Por funciones
del lenguaje se entienden los distintos cometidos con que el lenguaje se usa por parte del ser humano.
Función referencial, representativa o informativa
Es la
función del lenguaje relacionada con los factores de la comunicación referente y contexto, es decir, cualquier cosa exterior al propio acto
comunicativo. Es la función más evidente y primordial a primera vista, pues se
encuentra en todo acto comunicativo. Se da cuando el mensaje que se transmite
puede ser verificable y reconocemos la relación que se establece entre el
mensaje y los referentes externos del mismo.
Función emotiva, expresiva o
sintomática
Suele identificarse con el factor de la comunicación emisor. Con frecuencia lleva su verbo en primera persona,
aunque no siempre (por ejemplo: "¡Qué bonito es el Mediterráneo!") y
su significado suele revelar o desahogar un sentimiento físico
("¡Ay!") o psíquico ("¡Maldita sea la economía de este país!")
del emisor del mensaje. Esta función le permite exteriorizar sus sentimientos y
estados de ánimo, así como sus deseos o el grado de interés o de apasionamiento
con que aborda cualquier comunicación y siempre se centra en el emisor:
Niña, te quiero tanto,
niña, tanto te quiero,
que si me sacan los ojos
te miro por los agujeros.
Función apelativa directiva o
persuasiva
Se
llama conativa del latín "conatus" (inicio), porque el emisor espera
el inicio de una reacción por parte del receptor.
Se
centra en el receptor. Es la función de mandato y pregunta. El emisor intenta
influir en la conducta del receptor. Sus recursos lingüísticos son los
vocativos, modo imperativo, oraciones interrogativas, utilización deliberada de
elementos afectivos, adjetivos valorativos, términos connotativos y toda la
serie de recursos retóricos. Se da en lenguaje coloquial, es dominante en la
publicidad y propaganda política e ideológica en general. Mediante el uso de
esta función se pretende causar una reacción en el receptor. Es decir, con esta
función se pretende que haga algo o que deje de hacer. Ejemplos:
Ejemplo:
cuando decimos «¡Míralo!» o «Abre la puerta, por favor».
Ejemplo:
«¡Cierra la puerta!» - «Observen las imágenes y respondan». Puede ocurrir que
una frase aparentemente referencial esconda una función apelativa.
Ejemplo:
«La ventana está abierta» - Puede estar haciendo una mera descripción de un
hecho, pero también puede haber un contexto: «Cierra la ventana».
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